F. A. Philidor
¿Qué representa el ajedrez para quien lo practica asiduamente? Como monitor y entrenador de ajedrez podría responder a esta pregunta argumentando los múltiples beneficios que genera su práctica: mejora la memoria, aumenta la capacidad de atención y concentración, fomenta la creatividad, el razonamiento y la reflexión en la toma de decisiones, teniendo además un fuerte impacto en la prevención del alzheimer. Todas estas son razones sobradas para que este juego se divulgue en toda la sociedad, desde los más jóvenes hasta nuestros abuelos. Sin embargo, ante esta pregunta, muy habitual, los jugadores de ajedrez dan respuestas muy variadas. A menudo he comprobado que cuánto más fuerte es el jugador interrogado, cuánto mayor es su dedicación al estudio del juego, más difícil resulta responder a una pregunta en apariencia tan simple.
Por mi parte, como jugador, al curioso e impaciente le diría que se trata de un juego en el fondo y de un deporte en la forma. Si dispusiera de un tiempo prolongado le hablaría de la rigurosa preparación previa a la partida, de la intensa concentración necesaria para calcular con precisión las variantes, del profundo goce que se siente cuando se descubre una combinación, del absoluto dominio de uno mismo en el momento crítico en el que la partida se decanta, de la paciencia imprescindible para desmontar una a una las últimas defensas del adversario. Y si el que me pregunta fuese un amigo íntimo le hablaría de la angustia de la lucha, de esas dramáticas derrotas que son como pequeñas muertes momentáneas. Le contestaría en fin, y esto es lo más importante, que además que por su complejidad, el ajedrez fascina por su lógica intrínseca o mejor aún, por ese equilibrio casi divino que el jugador pone de manifiesto gracias a su intuición y su imaginación, y que los programas informáticos consiguen alcanzar en ocasiones gracias a cálculos de una precisión prodigiosa.
Esta sería más o menos la explicación de un jugador de competición, que sobre todo soy, aunque no me cabe duda que la de un Stanley Kubrick, un Albert Einstein o un Vladimir Nabokov, todos ellos grandes apasionados del noble juego hubiese sido diferente y con toda seguridad más fascinante.
Los profesionales de la sección de ajedrez de Peones y Balances pretendemos divulgar, enseñar y extender los conocimientos relacionados con el mundo del ajedrez. Si ya son aficionados al juego intentaremos mostrarle la manera de mejorar su nivel pasando un rato entretenido, si son principiantes le ofreceremos conocimientos que le permitirán abordar con plena confianza las primeras partidas en el club o a través de Internet.
Antes de pasar a detallarles los servicios que ofrecemos, deseamos citar a Savielly Tartakower, quien dijo en cierta ocasión "quien asume riesgos puede perder, pero quien no los asume pierde siempre", aunque para afrontar la difícil tarea de jugar bien al ajedrez nos da confianza las palabras del campeón mundial José Raúl Capablanca: "los buenos jugadores siempre tienen suerte".
Miguel Ángel Oviedo - Director de PyB